En palabras de Eslava Galán
Esto es el parafraseo de algunos pasajes escritos por Juan Eslava Galán en su libro “Historia de España contada para escépticos.”
No digo que todos los políticos sean corruptos pero sí todos los partidos tradicionales: PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos. Y el político que quiere medrar en ellos fatalmente se acaba convirtiendo en corrupto. Sea por comisión: metiendo la mano en la caja para el partido o en provecho propio, o sea por omisión: cuando conoce prácticas fraudulentas en sus compañeros y no las denuncia.
De este mismo pecado de omisión no está limpio el ciudadano que sigue votando a políticos imputados e incluso condenados. En parte del libro se habla del “Antiguo Régimen”, donde la aristocracia explotaba al pueblo. Ahora el pueblo es la clase media y la nueva aristocracia son los partidos corruptos y el funcionariado improductivo que vive los pechos del Estado. El aperreado pueblo, carente de formación política, pero abrumado de impuestos, se desespera y se echa en los brazos de demagogos utópicos (como los de Podemos), quizá no tanto por ese paraíso que prometen como por vengarse de los profesionales de la política a los que consideran una panda de aprovechados, cuando no de corruptos.
Lo malo (y lo históricamente normal) es que los que llegan para terminar con la casta se convertirán en casta ellos mismos en cuanto se les dé la ocasión. Como los cerdos de Orwell.
Este extracto sale del penúltimo capítulo del libro, y yo en particular me puedo relacionar cercanamente. Los venezolanos hemos vivido la transición de castas en carne propia. La creación de una nueva aristocracia en los hombros de la venganza y el resentimiento. El intercambio de una banda de aprovechados por otra y todo en nuestras narices. Pero nosotros, el pueblo, como caballo con anteojeras, completamente ignorantes de las falsedades y mentiras del camino.
Y es aquí donde el estudio de la historia, de las ideologías, de la filosofía detrás de ellas y de la naturaleza humana me parece infinitamente más productivo y esclarecedor que seguir al día los medios noticiosos. El juego de poder es cíclico. Si aprendemos a identificar las señales del camino, en todas su transmutaciones históricas, el juego se hace más evidente y para uno es más fácil entender el status quo político y, muy probablemente, su futuro.